Como un rompecabezas imperfecto, a la banda sonora de nuestra existencia le faltan a menudo algunas piezas importantes, concretamente todos aquellos sonidos que hemos perdido la costumbre de escuchar. Debido a la contaminación acústica y el aumento de los sonidos de fondo, algunas notas desaparecen de nuestros oídos, superadas por el ruido de la ciudad. De esta forma el canto de los pájaros, el susurro del viento o el fluir de un río son algunos de los maravillosos conciertos naturales a los que cada vez asiste menos gente.
Las nuevas generaciones corren el riesgo de no conocer los sonidos de la naturaleza, mientras que los mayores los olvidan. Una verdadera "insensibilidad sonora" que afecta negativamente a nuestra salud psicofísica, como afirma Kurt Fristrup, científico estadounidense del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos. Debido a este fenómeno, también llamado "amnesia generacional", al no prestar atención a los sonidos de la naturaleza también perdemos todos los beneficios relacionados con ellos.
Un estudio realizado por el científico Derrick Taff, de la Universidad Estatal de Pensilvania, en un importante grupo de personas de entre 25 y 55 años, demostró que escuchar los sonidos grabados en los parques nacionales ayuda a reducir el estrés y a recuperar la energía física y mental.
¿Estás seguro de que quieres renunciar a esta carga de energía y positividad?