Pensar que nosotros, los humanos, somos la única especie en la tierra que disfruta de la música no es del todo acertado. Dos experimentos ideados por el investigador japonés Hirokazu Takahashi han demostrado que el cerebro de las ratas reacciona de manera similar al de las personas cuando se las expone a una canción. Aunque los pequeños roedores carecen de la capacidad de componer melodías, sí disponen de una sincronización innata al ritmo que les permite identificarlo y seguirlo sin haber sido previamente expuestos a este.
Los dos experimentos para investigar sobre el ritmo cerebral de las ratas se realizaron en paralelo. Mientras que, en uno con los roedores sedados, observaron como la transmisión de sonido quedaba registrada a través de la resonancia magnética, en el otro analizaron la reacción de sus neuronas a una serie de estímulos sonoros simultáneos. Seguidamente, en ambos casos, les pusieron a los animales intervalos de 60 segundos de una misma canción. Los dos experimentos probaron lo mismo: que los animales respondían a la música de forma automática.