Una investigación llevada a cabo por el Birbeck College de Londres y la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg ha desarrollado una nueva teoría que explica cómo el cerebro puede aislar una fuente de sonido específica dentro de un conjunto mayor de ruidos: uno en particular entre los instrumentos que tocan una canción o una conversación entre dos personas dentro de un entorno muy concurrido, como el metro. La investigación se llevó a cabo en ocho adultos, a los que se les pidió que escucharan algo de música tonal, es decir, música organizada en torno a un sonido central, en el que se insertaron señales de distracción. La tarea de los que se sometieron a la prueba era reconocer y señalar los momentos en que reconocían una repetición de notas ya escuchadas. Para comprender el mecanismo que regulaba la selección y el reconocimiento de los sonidos, los investigadores vigilaron la superficie de la corteza cerebral, la parte más externa del cerebro. A través de este estudio, profundizaron su comprensión de cómo el cerebro selecciona los estímulos auditivos a los que prestar atención. Esto puede ayudar a comprender mejor la influencia de factores como el envejecimiento o la enfermedad en la definición y el seguimiento de los déficits de atención auditiva, contribuyendo a mejorar la definición de las intervenciones de corrección y prevención.