El confinamiento impuesto en nuestras ciudades a raíz de la emergencia sanitaria por el coronavirus trajo consigo una de las caídas más fuertes que se recuerda en términos sonoros. El cierre de los colegios, el teletrabajo y la exigencia de permanecer en el interior de las casas provocaron una disminución generalizada de la contaminación acústica, especialmente notable en las grandes ciudades.
Una investigación conjunta de la Universidad de Granada y el London University College ha revelado que, durante el confinamiento de marzo de 2020, el ruido fue cien veces menor a lo que es habitual en algunas de las zonas más turísticas de la ciudad de Granada, con bajadas de más de 20 decibelios. Para realizar esta investigación, se hicieron mediciones acústicas en cuatro puntos de gran valor turístico, paisajístico y patrimonial de la ciudad como son la Placeta de Carvajales, el Paseo de los Tristes, la Plaza de Bib-Rambla y el Mirador de San Nicolás.