Cuando pensamos o leemos en silencio, nuestra voz interior produce un sonido que puede ser grabado. A este increíble descubrimiento llegaron un grupo de investigadores italianos de la Universidad de Pavia que realizaron un experimento con varios sujetos despiertos durante operaciones neuroquirúrgicas.
Los científicos midieron la actividad eléctrica del cerebro mientras leían en voz alta primero y luego en silencio. Resultó que, en el segundo caso, el cerebro siempre se comporta como si estuviera escuchando una voz, porque las neuronas que controlan el procesamiento del lenguaje transmiten ondas eléctricas que contienen una copia de la huella acústica de las palabras utilizadas, incluso en ausencia de emisiones de sonido.