El ruido y los partidos de fútbol son dos conceptos que van inevitablemente de la mano. Un estadio a reventar durante un encuentro importante de primera división es seguramente uno de los lugares más estrépitos imaginables. Dentro de ese barullo, a menudo se distinguen unas canciones que los aficionados entonan a todo pulmón desde cualquier punto de las gradas: los cánticos.
Los hay de todos los tipos y con propósitos muy variados. Pueden cumplir la función básica de animar a los jugadores o estar pensados para impresionar al rival. A veces tienen más de un siglo de historia y otras se improvisan casi al momento. Incluso una canción sin relación previa con el fútbol puede convertirse en cántico, como ocurrió con la popular ‘One Kiss’ de Dua Lipa, que la afición del Liverpool hizo suya durante la Champions League de 2022. Desafortunadamente, en algunas ocasiones los cánticos también sirven para proferir insultos y mensajes indignantes en contra de determinadas personas o colectivos. Así es el poder del canto y el sonido; uno que conviene manejar con responsabilidad.